Por: Alejandra Inclán
Hoy recordé a qué sabían tus besos…
No te culpo por aquel no,
por aquel temblor de nuestros cuerpos,
por tu ausencia en la cama,
por dejarme sola estando a mi lado.
No te vayas, que al menos la amistad no nos falle…
Y calla, no vuelvas a decirme: no.