Por: Alejandra Inclán
A veces lo transitorio se vuelve eterno, no vemos el comienzo, menos el fin de todo esto, nos perdemos y nos volvemos ausentes, porque la realidad nos parece ajena, porque no estamos ni en presencia nuestra, ni en presencia de alguien más, sólo estamos viajando, torturándonos con lo que fue y lo que será, saltando de una estación a otra sin poder controlarnos, con el boleto de ida, sin pensar en la vuelta.
Me esperan, sé que me esperan, pero sigo de huida, sin saber cuándo volveré a la estación presente, donde retomaré mi vida.
Transitorio, todo es transitorio, espérenme, volveré algún día…